La nueva «directiva» que pretendía restringir el acceso al Parque Nacional Huascarán (PNH) del Perú, desde las 7:00 a las 15:00 horas, no se aplicó durante la temporada 2008. Tampoco se obligó a los andinistas particulares al contrato de guías ni otro personal de servicio.
El artículo 16 del Reglamento de Uso Turístico y Recreativo (RUT) del PNH, aprobado en el año 2004 por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), imponía un guía local para el turismo de aventura incluso a los grupos que llevaran un guía de otro país. Esto no será obligatorio. En 2006 el artículo quedó modificado así: «Los guías miembros de la Unión Internacional de [asociaciones de] Guías de Montaña (UIAGM), bajo convenio de reciprocidad internacional podrán obtener el permiso del PNH para brindar sus servicios como guía por un lapso máximo de 30 días previa solicitud de la Asociación de Guías de Montaña del Perú (AGMP).»
Los andinistas particulares no están obligados, al menos de momento, a contratar guías ni otro personal de servicio, aunque sí a pagar la entrada en el Parque. La tarifa actual por un día de turismo convencional en el Parque Nacional Huascarán (PNH) es de cinco nuevos soles. Un «boleto» para «turismo de aventura», de dos a 30 días, cuesta 65 nuevos soles.
La oficina del PNH considera que la protección de sus recursos naturales implica controlar la actividad andinística. Por esto intenta imponer al andinista la obligación de registrarse, y de informar sobre sus proyectos o actividades, en su sede de Huaraz. El registro es obligatorio para el andinismo en las zonas de protección especial. No obstante, según el director del PNH, la entidad carece de medios para aplicar la reglamentación.
Sobre las zonas protegidas del PNH pronto añadiremos un enlace a un capítulo gratis del libro Cordillera Blanca, Escaladas, en http://andesinfo.es/libreria/libros/libros.php
Estoy a favor de las tarifas de entrada al parque... obviamente a cambio de algunos servicios y de que la recaudación sirva para mejorar las condiciones de las comunidades locales, así como para dar trabajo a sus jóvenes. Lo que me sabe a “cuerno quemado” es tener que darle plata, bajo coacción, al comunero de turno que se planta con una valla en medio de una quebrada para cobrarme, ilegalmente, cantidades que nunca son prefijadas, que hay que regatear y que no declara como contribuyente a la SUNAT.
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